Restaurante Vino y Oliva
El pasado sábado fuimos a cenar el trío habitual y me tocó elegir sitio, así que navegando un poco por internet di con este restaurante que tenía buena pinta y decidí que podíamos probarlo. Pese a que pensaba que era nuevo, en realidad es un local con varios años de trayectoria en la sierra de Madrid (en Pinilla del Valle) que se ha trasladado a la capital hace unos meses. Los motivos, según nos comentó Concha, la simpática dueña que atiende las mesas (y mujer del cocinero, Marcelo Kuhmichel), fueron la acumulación de trabas para ir a comer fuera de Madrid, como han sido el carnet por puntos, la subida de la gasolina, etc. que les fueron restando clientela poco a poco.
El local está decorado con gusto, en tonos claros que contrastan con los oscuros de las sillas y manteles. La separación entre mesas más que suficiente, mejor que en muchos restaurantes supuestamente mejores.
El servicio fue muy bueno, siempre atentos y serviciales, especialmente Concha. Si acaso, habría un detalle a mejorar, el excesivo celo en llenar las copas de vino por parte de los camareros, que da la impresión de que quieren que bebas más para "colocarte" otra botella (no digo que sea así, pero lo parece), llenando las copas un pelín más de lo debido. En cualquier caso, este detalle no desmerece el buen servicio recibido.
En cuanto a la comida, salimos encantados. Para comenzar te ponen una degustación de tres aceites (arbequnia catalana, arbequina extremeña y picual) con diferentes sales (vikinga, volcánica, rosa del himalaya y otras dos que no recuerdo), delicioso comienzo, seguido de una paeritivo consistente en una diminuta tortilla de verduras servida en una cuchara (que me comí hasta yo que no soy amigo de las verduras).
Para comenzar compartimos el Milhojas de Boletus Confitado, Plancha, Carpaccio, Secreto Ibérico, Cebolla Confitada, Gelatina de P.X. y Frutas de temporada (realmente delicioso este plato), los Canelones de Pato con Queso Parmesano y Virutas varias, Tomate seco, Regaliz, Espárragos Trigueros y Praliné de Cacachuete (me gustó hasta a mi que no suelo comer pájaros) y el Foie a la plancha con Cama de Orejones y Ciruelas pasas, Praliné de Piñones y reducción de Módena (muy, muy, muy rico). En un principio íbamos a pedir sólo el milhojas y el foie, pero a indicación de Concha pedimos un entrante más.
De segundo plato, José Antonio se decantó por el Lomo de Ciervo rebozado en Semillas de Amapola con Crujiente de Remolacha, Setas de Temporada y Rúcula salvaje con corazones de tomates verdes (al parecer estaba también buenísimo), mi pareja pidió el Pastel de Cordero con Higos, círculo de Parmentier de Patatas y virutas de Trufa Negra de Soria (al parecer muy bueno y muy suave, pese a ser de cordero) y yo pedí el Atún Rojo a la plancha con líneas de Picada de Aceituna, Concasse de Tomate y Cebolla confitada, que estaba muy bien de punto (lo pedí poco hecho) y de sabor, aunque llegó un pelín frío para mi gusto. Eso sí cuando se lo comenté a Concha, me pidió disculpas una y otra vez y fue a informar al cocinero ya que dice que es muy puntilloso con esos temas. Aún así el plato estaba muy bueno.
Todo esto, regado por un vino muy curioso que tomamos por recomendación de Concha, un vino de D.O. Ribera del Queiles, el Número 9 (curiosamente éste no estaba en carta, pero tenían otros dos de la misma bodega, Winery Arts, llamados 3 al cuadrado y 6 al revés, que forman parte del proyecto "Numbernine"), que estaba muy bueno. Un vino de corte moderno, estructurado, amplio y con buen aroma, realizado en esta pequeña denominación situada a caballo de Aragón y Navarra, entre los altos del Moncayo (donde nace el Queiles) hasta Tudela (donde desemboca en el Ebro).
De postre, escepcionalmente pedimos tres, y los compartimos. En concreto pedimos el "Mascarponoliva" (Helado de Mascarpone con Aceite de Oliva Virgen Extra picual), el "Chocoliva" (Helado de Chocolate Negro con Aceite de Oliva Virgen Extra arbequina) y el Milhojas de Dulce de Leche. Compartimos los tres postres que estaban deliciosos.
Como colofón un par de cafés y tras la insistencia de que tomáramos una botella de cava o un licor in vitación de la casa (que declinamos) dimos la opción de un moscatel o vino dulce similar, y nos sirvieron tres copitas de Nadal Dolç d’Octubre un vino no muy dulce pero muy rico, del que nos hicieron repetir...
Todo esto por 173€ (decir que también nos invitaron a los cafés), un precio más que bueno para esta cena.
En resumen, gran descubrimiento de un local en el que se come muy bien (la cocina es ligera, ya que no salimos con sensación de estar muy llenos pese a que la cena fue bastante copiosa), y en el que seguro que repetiremos en más ocasiones.
Para terminar, puntuaré (0 mínimo - 10 máximo):
Local: 8.5
Comida: 9
Servicio: 9
Precio: 50-60€/pers.
Ficha:
Vino y Oliva
Dirección: Príncipe de Vergara, 83
Localidad: Madrid
Distrito: Salamanca
Metro: Avenida de América - Diego de León
Teléfono: 91 5641484
Página Web: http://www.vinoyoliva.com/
Días de cierre: Domingos noche y Martes noche.
1 comentario
MAria -
Maria